Llevamos años hablando de cómo la cirugía robótica puede incidir en la sanidad, siendo capaz de realizar cirugías complejas con un grado de precisión superior al del personal humano. Y la premisa es cierta, aunque necesita un matiz: la cirugía robótica no es el futuro, sino el presente.
Así lo avala un estudio de Grand View Research, que pone cifras a este auge: solo en 2024, la robótica aplicada a la cirugía ya movió una industria de 12.110 millones de dólares en todo el mundo, y este año superará los 14.110 millones. El crecimiento será tal que, en un lustro, habrá triplicado su tamaño, alcanzando los 50.630 millones de dólares.
En este sentido, diversas empresas del sector están aumentando su presencia en este tipo de prácticas. Según los datos revelados por Intuitive, en 2024, el número de instalaciones de Sistemas Robóticos da Vinci superó las 1.790 unidades, alcanzando un total de más de 10.600 disponibles en centros hospitalarios de todo el mundo. Estados Unidos lidera este ránking con más de 5.000 sistemas, mientras que Europa se mantiene como la segunda región con mayor implementación, con más de 1.700 unidades en pleno funcionamiento.
Robótica en el 64% de hospitales públicos españoles
La cirugía robótica apuesta por “optimizar la toma de decisiones y reducir los costes totales de la atención”, explica Jesús García, director de Marketing y Comunicación de Abex Excelencia Robótica, distribuidor exclusivo en España y Portugal de los Sistemas Robóticos da Vinci. Tras más de una década de investigación, este sistema “marca un hito en la evolución de los quirófanos, ofreciendo a los equipos sanitarios “una experiencia optimizada en seguridad, precisión y eficiencia clínica”, añade García.
No en vano, los Sistemas Robóticos da Vinci están presentes en el 64% de los hospitales públicos españoles, con más de 190 unidades instaladas y más de 170.000 intervenciones realizadas desde 2005. Su última tecnología, da Vinci 5, representa la quinta generación en cirugía mínimamente invasiva. Con 150 mejoras de diseño y 10.000 veces más capacidad de potencia de cómputo que su predecesor, cuenta con múltiples funcionalidades potenciadas por inteligencia artificial, aprendizaje automático y analítica avanzada de datos.
Entre sus principales avances se encuentra la tecnología Force Feedback, que transmite en tiempo real las fuerzas de empuje y tracción ejercidas sobre el tejido desde la punta del instrumento hasta los controles manuales. Esto permite intervenciones más delicadas y seguras. Su sistema mejorado de visión 3D ofrece imágenes realistas, con mayor nitidez cromática y resolución, lo que mejora la percepción durante la cirugía. Todo esto se combina con una consola más ergonómica e inversiva que permite al cirujano adaptar la posición de trabajo y aumentar la comodidad.
Da Vinci 5 integra todos los componentes necesarios para la cirugía, lo que permite al cirujano gestionarlos de forma autónoma y reducir la dependencia del resto de su equipo asistencial. El objetivo es favorecer un trabajo más ágil y reducir los tiempos operatorios. Su herramienta Case Insights utiliza IA para analizar los datos del sistema, el movimiento cinemático y el vídeo, aportando al cirujano información objetiva que le permite elevar sus habilidades y mejorar los resultados de los pacientes. Por último, el sistema incorpora el simulador SimNow 2, integrado en la consola del cirujano, que permite entrenar destrezas y reproducir más de 65 ejercicios en siete especialidades quirúrgicas.
Ventajas “para el cirujano, el paciente y la sanidad”
Da Vinci 5 ofrece “ventajas para el cirujano, el paciente y el sistema sanitario”, según García. Para el cirujano, proporciona “acceso optimizado a áreas anatómicas complejas y una visualización mejorada de puntos de referencia y planos anatómicos”. Esto permite “una mayor precisión en la disección y el manipulado de los tejidos, lo que mejora el control quirúrgico y reduce la pérdida de sangre, además de eliminar el temblor fisiológico y aumentar la estabilidad y precisión durante la intervención“.
Teniendo en cuenta que este profesional podrá manejar simultáneamente tres instrumentos y una óptica, “reducirá el tiempo operatorio en comparación con la laparoscopia para procedimientos similares”, añade.
Para el paciente, “las incisiones son mínimas y los resultados estéticos”, con “menor necesidad de transfusiones y menos dolor postoperatorio, lo que favorece una recuperación más cómoda”. La estancia hospitalaria también se reduce, permitiendo que el paciente vuelva antes a su domicilio.
En el caso del sistema sanitario, “se optimiza el uso de recursos gracias a la reducción del tiempo de hospitalización y disminuye la incidencia de complicaciones y la necesidad de reintervenciones, lo que reduce costes y riesgos” afirma García. Y además, “la curva de aprendizaje de los profesionales es más corta en comparación con la laparoscopia tradicional”.
La llegada del sistema quirúrgico da Vinci 5 supone, en definitiva, “un salto cualitativo hacia un modelo de cirugía de alta precisión y eficiencia, respaldado por datos y preparado para evolucionar al ritmo de los avances tecnológicos y de las necesidades de los pacientes y el sistema sanitario”, concluye Jesús García.
Llevamos años hablando de cómo la cirugía robótica puede incidir en la sanidad, siendo capaz de realizar cirugías complejas con un grado de precisión superior al del personal humano. Y la premisa es cierta, aunque necesita un matiz: la cirugía robótica no es el futuro, sino el presente.


