Un grupo internacional de científicos desarrolla un modelo capaz de analizar señales sísmicas y detectar patrones previos a una erupción, lo que podría revolucionar la prevención de desastres naturales
La inteligencia artificial (IA) comienza a abrir una nueva era en la vigilancia volcánica. Un estudio reciente demostró que los sistemas de aprendizaje automático pueden predecir erupciones con hasta 12 horas de anticipación, lo que representa un avance sin precedentes para la ciencia y la protección civil.
El trabajo, realizado por un equipo internacional de vulcanólogos e ingenieros en datos, se basó en el análisis de registros sísmicos de más de veinte volcanes activos en distintas partes del mundo. Mediante el uso de algoritmos entrenados para reconocer patrones de vibración y deformación del terreno, los investigadores lograron identificar señales que suelen preceder la salida del magma hacia la superficie.
Según los resultados del estudio, la herramienta de inteligencia artificial fue capaz de reconocer los indicios de una erupción con suficiente antelación, permitiendo generar alertas tempranas que darían tiempo a las autoridades para implementar medidas de evacuación y prevención. Los científicos explicaron que el sistema no sustituye el trabajo de los observatorios volcánicos, sino que actúa como un complemento que mejora la capacidad de detección y reduce los márgenes de error.
El modelo se probó con datos de 41 erupciones registradas en distintos entornos geológicos, y aunque su eficacia varía según la cantidad y calidad de información disponible, los resultados son considerados un avance clave en la predicción de fenómenos naturales.
Especialistas en monitoreo volcánico destacaron que este tipo de herramientas podría aplicarse en regiones con volcanes activos como el Popocatépetl en México, donde cada minuto de anticipación resulta vital para la seguridad de las comunidades cercanas.
Los investigadores subrayaron que aún se requiere ampliar la base de datos y adaptar los algoritmos a las particularidades de cada volcán, pero coincidieron en que el uso de inteligencia artificial marca el inicio de una nueva generación de sistemas de alerta temprana, más precisos, eficientes y con un enorme potencial para salvar vidas.

