La convergencia TI/OT en Chile (o la integración entre tecnologías de información y tecnologías operacionales) dejó de ser un ideal técnico para convertirse en un factor estratégico. Empresas de sectores como minería, energía y manufactura avanzan hacia modelos colaborativos que mejoran la productividad, la ciberseguridad y la eficiencia operativa.
Durante décadas, las áreas de TI y OT trabajaron de manera paralela. Hoy, en Chile, la convergencia TI/OT es clave para las organizaciones que buscan competitividad en la era de la Industria 4.0, pero sigue enfrentando resistencias culturales y de gobernanza. Integradores y proveedores coinciden: la colaboración sin fricciones requiere liderazgo desde la alta dirección, una gobernanza común y métricas compartidas.


“En ese sentido, la demanda de dicha convergencia se ha gestado como ‘un telón de fondo’ -no como un requerimiento directo- para responder a exigencias de evolucionar desde la simple conexión de sistemas tecnológicos hacia una integración más estratégico-táctica que busca combinar mejoras en la eficiencia, seguridad, sostenibilidad y, sobre todo, cumplimiento de regulaciones”, comenta Jorge Olivares Olmos, Gerente de Consultoría y Formación de Business Continuity SpA, y Ex-Instructor Oficial de Carnegie Mellon para CSIRTs.
El factor humano en la convergencia TI/OT
Para el especialista, el mayor obstáculo, más allá de lo técnico, es el relacionamiento humano entre los equipos que gestionan TI versus el entorno OT.
“Aún es común ver estructuras jerárquicas donde TI y OT operan en silos independientes (a veces, hasta antagónicos). Técnicamente, los sistemas OT convencionales no fueron diseñados para una conectividad segura, lo que afecta cualquier integración con plataformas TI que ya consideran controles de ciberseguridad”, argumenta. “Esto conlleva a que culturalmente, aún existan desconfianzas: la gestión OT teme que TI afecte la operación, y TI ve a OT como un entorno inseguro. Superar estos paradigmas requiere empatía, formación cruzada y liderazgo que promueva la colaboración”.
Al respecto, Olivares ejemplifica que en más de una ocasión, por necesidades de cumplimiento NERC-CIP, tenían por primera vez en la misma mesa de trabajo a personal TI, con los de OT —que incluye a seguridad física, contratos y el personal O&M (Operación y Mantenimiento)—. “Por tanto, la llamada ‘convergencia cultural’, si bien es muy importante, no es solo TI/OT, sino que se expande y debe considerar a otras áreas, encaminando a un trabajo más sistémico y holístico”, señala.
Ciberseguridad industrial y regulación: motores del cambio
La Ley Marco de Ciberseguridad (Ley 21.663) y la Ley de Protección de Datos Personales (Ley 21.719) han acelerado el diálogo entre TI y OT en Chile. Ambas normativas obligan a inventariar activos críticos, fortalecer la protección de sistemas esenciales y establecer responsables de seguridad.
Según datos del sector, más del 55 % de las empresas industriales chilenas ha comenzado a integrar equipos mixtos para abordar tanto la ciberseguridad como la continuidad operativa, aplicando marcos internacionales como NIST CSF o ISA/IEC 62443.
A juicio de Olivares, la ciberseguridad industrial es el habilitador o marco de referencia de la convergencia TI/OT en Chile. “La Ley Marco 21.663 exige a operadores de infraestructura crítica implementar medidas robustas, reportar incidentes, integrar proveedores y demostrar resiliencia. La ciberseguridad ya no es solo técnica: es estratégica y táctica, parte del compliance, la reputación y la continuidad del negocio”, sostiene. “Agregar ciberseguridad en los entornos OT, no es un ‘arte’ o ‘pura creatividad’, ya existen modelos, recomendaciones, mejores prácticas, estándares de referencia, que ‘al menos’ se deben conocer y factibilizar en cada realidad; no ‘basta enchufar’ ambos mundos, se debe hacer de manera responsable y en ello ya han recorrido bastante camino”.
Tecnologías que acercan los mundos
El avance de edge computing, inteligencia artificial y redes 5G permite que los datos de planta fluyan en tiempo real hacia plataformas empresariales, habilitando analítica avanzada y mantenimiento predictivo. Proveedores como Siemens, Phoenix Contact y Microsoft coinciden en que la interoperabilidad basada en estándares abiertos es el puente más sólido entre los mundos TI y OT.
Sin embargo, Olivares cree que “más que las tecnologías, han sido las regulaciones el elemento catalizador de estos cambios y necesidades de convergencia. La convergencia debe ser gradual, contextualizada y debe apoyarse en modelos de referencia, para no ‘reinventar la rueda’”.
Por ejemplo, se recomienda:
- Segmentar redes OT para proteger sin interrumpir.
- Adoptar estándares como ISA/IEC 62443 y NIST 800-82, que permiten adaptar controles TI a entornos industriales.
- Simular incidentes cibernéticos con equipos mixtos.
- Establecer gobernanza compartida, donde TI y OT co-diseñen políticas.
- Incluir a proveedores de ambos entornos en el diseño, integrando seguridad desde la etapa de licitación.
Tres claves para la colaboración efectiva
Para el éxito de la convergencia TI/OT, los principales proveedores industriales aconsejan:
- Diagnóstico y priorización: evaluar madurez digital y riesgos de ciberseguridad antes de implementar soluciones.
- Talento híbrido: formar profesionales capaces de traducir necesidades entre la operación y la tecnología.
- Valor de negocio: medir el impacto de la convergencia por eficiencia, resiliencia y continuidad operativa.
Las empresas que aplican estos principios reportan mejoras de hasta 20 % en eficiencia energética y reducciones significativas en costos de mantenimiento.
Consultado por las claves para lograr una integración TI/OT sostenible, segura y alineada al negocio, Olivares recuerda que “los riesgos y prioridades varían entre industrias, países, culturas y la madurez propia de la empresa al respecto”, y enumera las siguientes recomendaciones:
- Diseño centrado en el riesgo.
- Priorización y gestión de activos críticos.
- Formación y concientización continua.
- Desarrollo de perfiles híbridos.
- Evaluación constante de madurez en ciberseguridad de los proveedores.
- Automatización inteligente.
- Gobernanza convergente, con participación de TI, OT, legal, RRHH y operaciones.
- Sostenibilidad y resiliencia tecnológica, por señalar algunos.
Hacia una convergencia sostenible
Más que un proyecto tecnológico, la convergencia TI/OT es una transformación cultural que redefine la manera en que las organizaciones colaboran y gestionan el riesgo. Chile tiene la oportunidad de convertirse en un referente regional si consolida un modelo de colaboración TI-OT sostenible, segura y orientada al negocio, impulsado por talento local y políticas públicas claras.


