¿es el Odyssey OLED G9 tan bueno como parece?

Y es que hablamos de un monitor que a estas alturas es el equivalente al Ferrari de las pantallas, uno de esos productos que prácticamente cualquiera metido en el mundillo ha visto en algún artículo alguna vez y si no lo recuerda directamente por su nombre, sin duda sí lo reconocería por su aspecto.

Sin embargo, las cosas han avanzado mucho desde el lanzamiento de aquel primer Odyssey G9 y afortunadamente, lo han hecho para bien. El que era un monitor exclusivo para las carteras más abultadas sigue sin ser barato, pero incluso versiones más modernas y completas como la que hoy traemos son bastante más asequibles ya: ha pasado de ser un lujo exclusivo a un capricho de nivel.

Hoy venimos a hablar del Samsung Odyssey OLED G9, un monitor muy parecido a aquel primer G9 pero con un panel que le da sopas con hondas gracias a su tecnología OLED. Nos centramos en la versión G93SC, pues aunque existe otra, que es la G95SC, la única diferencia entre las dos es la inclusión o no del gaming hub, un detalle por el que valoramos que merece la pena ahorrarse los aproximadamente 100 € de diferencia que suele haber. ¿Está este monitor a la altura de su leyenda?

Samsung Odyssey OLED G9: ficha técnica y características

No se puede hablar del Odyssey OLED G9 sin empezar por su pantalla: un colosal panel de 49 pulgadas, que se dice pronto, con 1800R de curvatura que abraza prácticamente la totalidad de tu vista periférica y que gracias a su relación de aspecto extrema de 32:9 parece aún mucho mayor de lo que es.

Hay que mencionar que aquí la curva es bastante menos pronunciada que en los primeros modelos pero esto es a causa de que el OLED ofrece ángulos de visionado mucho mejores, por lo que no necesita hacerla tan marcada para conseguir una experiencia óptima: la han añadido por simple inmersión.

Ante un monitor como este cualquier jugador o simplemente friki de la tecnología se vuelve un niño, y es que cómo no hacerlo. Además aquí estamos ante un panel OLED, hay que recordarlo, con los negros puros y el contraste infinito de los que hace gala esta tecnología.

Samsung Odyssey OLED G9

* Precios actualizados en el momento de publicar o revisar este artículo. Pueden variar con el tiempo.

En el resto de aspectos técnicos tenemos una frecuencia de actualización de 240 Hz, una auténtica locura que, con la resolución nativa que el monitor maneja es prácticamente imposible aprovechar a esa tasa de fotogramas en juegos actuales, ni siquiera con las gráficas más potentes, a menos que bajemos los gráficos.

El tiempo de respuesta de 0,03 ms es puro OLED, dando una experiencia totalmente fluida e impecable en este sentido.

¿Y qué hay de la base y el diseño de la estructura? Aquí tenemos un chasis de metal con un look indudablemente futurista, que junto al anillo de iluminación RGB de la parte trasera da un aspecto todo lo llamativo que podría esperarse de un dispositivo de la gama más alta. Todos los puertos de conexión se encuentran cómodamente accesibles aquí atrás y la gestión de cables está a la altura.

Lo mejor y lo peor del Odyssey OLED G9

Estamos ante una pantalla de resolución 5120 x 1440p de 49 pulgadas que equivale exactamente a tener dos monitores QHD uno junto al otro. El doble de píxeles que una resolución 1440p estándar y que nos da un campo de visión que sólo puede describirse como «de cine»… siempre que el contenido sea compatible.

Porque esto hay que decirlo claro: el Odyssey OLED G9 es un monitor para jugar. Para jugar como nunca has jugado, sí, pero sólo para jugar, y no a cualquier juego. No vas a encontrar tus películas favoritas en formato 32:9 y dejar solo el centro de la pantalla reproduciendo video con los laterales apagados no es buena idea de forma habitual por el asunto de la degradación de los paneles orgánicos OLED.

Y si hablamos de productividad, una superficie de trabajo como esta podría ser ideal, pero ahí entramos en los peligros del OLED frente a entornos de productividad. Sí, se trata de la posibilidad de quemados y retención de imagen.

¿Y en cuanto a gaming? Aquí, cuando el juego es compatible con la resolución la experiencia es sencillamente increíble, no hay más vuelta de hoja: la inmersión se dispara por las nubes y te olvidas de que el mundo más allá de la pantalla existe. Pero no todos los juegos son compatibles con formatos tan extremos: de hecho muchos no lo son, especialmente en su lanzamiento, con lo que a menos que quieras pelearte con mods y parches, tus opciones se reducen considerablemente.

Para juegos de conducción, simuladores, RPG compatibles ricos en paisajes o juegos en primera persona, es un 11 sobre 10. Para juego competitivo donde la interfaz sea importante ya es más bonito que práctico.

Además es un monitor para PC: las consolas actuales no suelen dar buenos resultados en estas resoluciones y si con un estándar de 16:9 ya sufren para conseguir fluidez, el reescalado en 32:9 podría volverse pesadillesco. Es un no rotundo.

La opinión de Topes de Gama

La experiencia ante un monitor como este es conflictiva; como crecer y conocer a tus héroes de niño. Ver que algo tan impresionante no es perfecto en cada aspecto resulta casi traumático, pero es cierto que se trata de una pantalla que no es para todo el mundo.

Si quieres un monitor para disfrutar de tus juegos con tranquilidad, con la máxima espectacularidad e inmersión y olvidándote del aspecto competitivo, bueno… es perfecto: una auténtica maravilla que te hará desaparecer durante horas y horas tras su ligera curvatura.

Pero si valoras el poder jugar a los lanzamientos más importantes desde el día uno, eres un gamer competitivo o quieres un monitor que también te permita disfrutar de multimedia o que sirva para productividad, desgraciadamente el Odyssey OLED G9 probablemente no sea para ti.

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