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“El mito del ‘machote’: cómo la idealización del hombre fuerte puede perjudicar su salud cardiovascular”

Las expectativas sociales vinculadas a la masculinidad hegemónica pueden tener un impacto negativo en la salud de los hombres. Una investigación reciente ha demostrado que el arquetipo del “machote” -autosuficiente, fuerte, invulnerable y capaz de controlar sus emociones- puede aumentar el riesgo de problemas de salud cardiovascular en hombres desde la adolescencia y la adultez temprana.

El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Chicago, encontró que aquellos hombres que desde la adolescencia adoptan conductas más alineadas con los estereotipos de género masculinos tienen menos probabilidades de informar sobre diagnósticos de factores de riesgo cardiovascular y de recibir tratamientos en la edad adulta.

Los investigadores sugieren que la forma en que se socializa a los niños y los hombres puede influir en la evitación de la atención médica preventiva, ya sea por miedo, ansiedad, vergüenza o sentimientos genuinos de que no necesitan ayuda. Las cualidades asociadas a la identidad de género masculina pueden entrar en conflicto con otras que facilitarían la búsqueda y recepción de ayuda o la admisión de vulnerabilidades.

La reticencia a reconocer síntomas o a recibir ayuda médica puede ser habitual entre una población joven con ideales más elevados de masculinidad. La internalización de expectativas sociales que asocian la masculinidad con la autosuficiencia y la fortaleza puede llevar a los hombres a no expresar sus preocupaciones de salud, lo que puede limitar la búsqueda de ayuda y el seguimiento adecuado de los tratamientos.

Los resultados del estudio también coinciden con otros estudios que han encontrado una relación entre la expresión de género masculino en la adolescencia y los resultados de salud en el futuro. Aquellos hombres más próximos a los estereotipos de género masculinos en la adolescencia parecen estar más protegidos contra factores de riesgo de la salud cardiovascular en la adultez.La tormenta perfecta contra la salud

Los hombres más alineados con la masculinidad hegemónica tienen un 11% menos de probabilidad de recibir tratamiento para la hipertensión y un 10% menos para la diabetes, según un estudio liderado por Nathaniel J. Glasser. Esta tendencia se observa en especial entre los hombres menores de 50 años, que tienen una incidencia más elevada de afecciones cardiovasculares que las mujeres en el mismo rango de edad, según la Fundación Española del Corazón.

Según Jorge Marcos, los hombres, desde un punto de vista biológico, pueden considerarse más vulnerables a padecer ciertos problemas de salud cardiovascular en comparación con las mujeres, sobre todo hasta la llegada de la menopausia. Sin embargo, los factores genéticos u hormonales no explicarían por sí solas las mayores cifras de enfermedad cardiovascular y de mortalidad prematura de los hombres.

La socialización de género y los prejuicios, estereotipos y normas sociales que promueven conductas perjudiciales para la salud, como el sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol y tabaco, las dietas poco saludables y una menor disposición hacia prácticas preventivas y promotoras de la salud, también juegan un papel importante en la desigualdad de salud entre hombres y mujeres.

La investigación también sugiere que los hombres más alineados con la masculinidad hegemónica tienen menos predisposición a buscar ayuda médica y tienen más dificultades para comunicar su estado de salud, lo que provoca que “aumente el riesgo cardiovascular y que se llegue tarde a intentar controlar enfermedades que se podrían haber prevenido eficazmente”, según Carolina Ortiz.

Además, la subestimación del problema o el intento de mantener una imagen de control y evitar mostrar vulnerabilidad física también pueden contribuir a que los hombres no sigan el tratamiento pautado para la enfermedad. Esta situación se describe como una “tormenta perfecta” que no solo exacerba los problemas cardiovasculares, sino que también lleva a diagnósticos tardíos y a resultados más graves.

Finalmente, el estudio sugiere que la prevención desde edades tempranas, mediante el desarrollo de campañas de concienciación enfocadas a normalizar la búsqueda de ayuda médica y de programas preventivos que reconozcan las diferencias de género y se adapten a estos perfiles de hombres, es una oportunidad para mejorar la salud de los hombres y tener un impacto positivo a nivel comunitario.

Escrito por Luisa Sanchez

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